Vivimos en una cultura que teme al fracaso, es tabú hablar de lo que nos ha salido mal y cuando lo hacemos solemos decir simplemente que “no ha salido bien el proyecto que emprendí o aquello que intenté hacer” sin añadir nada mas.

En otros países es habitual por ejemplo en las empresas, al hacer selección de personal, preguntar al candidat@ por sus fracasos más estrepitosos con el objetivo de saber qué aprendizajes han realizado y valorar su actitud al contarlo.

Profesionalmente a veces participo en procesos de selección y al realizar esta pregunta en España, me doy cuenta que la mayor parte de las veces responden que no sienten que hayan tenidos fracasos sino trabajos o proyectos que no se han ajustado a sus expectativas y percibo que no se sienten a gusto hablando de este tema.

Personalmente es cierto que, al menos en mi caso, necesito un tiempo para digerir la decepción de los fracasos, a veces unos minutos y otras uno o dos días, pero una vez recuperada me alegro mucho porque descubro un montón de aprendizajes que me servirán para la próxima vez y de hecho ya he experimentado que muchas de las cosas que he hecho posteriormente con éxito no habrían sido posibles si previamente no hubiera fracasado.

Sería interesante que empezáramos a realizar microcambios cada uno en nuestro entorno, para pasar de juzgarnos cada vez que nos sale algo mal y nos sentimos

fracasados a alegrarnos por los aprendizajes realizados y que estos aprendizajes sean el motor de lo siguiente que vayas a iniciar o emprender.

¡Pequeños cambios producen grandes transformaciones!

De todas maneras al hablar de éxito sería necesario preguntar previamente aquello de “Por favor, defíneme que es éxito para ti” pues para cada persona podría tener un significado diferente.

Una de las definiciones más frecuentes que he escuchado tiene que ver lo que socialmente se acepta como persona de éxito, tener un buen trabajo que te permita disfrutar de una situación económica relajada, que te permita viajar, sobre todo a los lugares donde viaja “todo el mundo”, tener un círculo social donde te sientas plenamente integrado, es decir, con cosas todas ellas que colman los sentidos.

Muy pocas veces alguien te define tener éxito como conseguir dedicarse a aquello que le haga realmente feliz y que muchas veces tiene que ver con las cosas que le apasionan.

Por supuesto todos queremos tener tranquilidad económica, viajar, tener amigos, y estos pueden ser ingredientes básicos para sentirte feliz.
La diferencia quizás está en dónde pones el foco a la hora de definir éxito, si lo haces en lo que muchas veces “otros” o la sociedad espera de ti sin contar para nada si es lo que te hace feliz o al revés, o si buscas como conseguir tener éxito haciendo lo que te apasiona y te hace sentir feliz.

Yo voto por apasionarme por mi familia, apasionarme por mi trabajo, apasionarme por mi vida. Para mi el éxito es conseguir ser feliz haga lo que haga.

Desde mi punto de vista las dos definiciones propuestas de lo que puede significar tener éxito pueden compatibilizarse siempre y cuando el objetivo sea conseguir sentirte feliz.

Y para ti ¿Qué es tener éxito?